
¿Por qué detesto la narratofilia?
El erotismo, para mí, es más que una pasión: es una forma de vivir y conectar con cuerpo y mente. A través de mis terapias sexuales, masajes tántricos y sesiones BDSM, ayudo a las personas a reconectar con su energía sexual de forma sana. Sin embargo, hay un comportamiento que me molesta especialmente: la narratofilia cuando se usa de manera manipuladora.
¿Qué es la narratofilia?
La narratofilia es el placer que algunas personas experimentan al excitarse mediante descripciones verbales de fantasías sexuales. A veces, me encuentro con personas que prefieren prolongar estas conversaciones sobre lo que «podría» pasar, en lugar de buscar una experiencia real. El problema no es la narratofilia en sí, sino cuando se convierte en una imposición sin la intención de contratar mis servicios. Quienes recurren a este tipo de manipulación suelen tener problemas en su relación o limitaciones económicas y creen que ser infiel solo implica lo físico, ignorando que también traicionan su compromiso al participar en estas conversaciones.
Interés real vs. fantasía vacía
Es natural tener preguntas, pero hay una diferencia entre alguien con dudas genuinas y quien prolonga la conversación para satisfacer una fantasía sin intención de llevarla a cabo. Mi tiempo es valioso y prefiero dedicarlo a quienes están realmente comprometidos.
Respetar el tiempo y valor de mis servicios
Disfruto hablando sobre sexualidad y aclarando dudas, pero mi objetivo es trabajar con personas que respeten lo que ofrezco y valoren mi tiempo. Ofrezco una experiencia auténtica y de calidad a quienes de verdad lo aprecian.
Conclusión: Claridad y respeto
Me apasiona el erotismo y disfruto profundamente de los encuentros que ofrezco, siempre que haya respeto y claridad. Si tienes dudas, estaré encantada de ayudarte, pero recuerda que respetar mi tiempo y mis servicios es fundamental.
P.D.: Exigir más o intentar manipularme
Y para cerrar, dos cosas más. Algunas personas intentan manipularme para obtener más o cambiar el precio de mis servicios. No lo tolero. Me dedico a esto por ocio, disfruto del erotismo y, afortunadamente, tengo otros negocios prósperos que me permiten vivir cómodamente. No necesito convencer a nadie.
Tampoco soporto cuando la parte masculina de una pareja intenta contratar un masaje doble con la clara e infantil intención de forzar un trío. Ni me gustan ni los hago, dado mi rol de Ama dominante. En general, no conecto con la energía del mundo swinger, donde suelen utilizar a su pareja como moneda de cambio, priorizando la cantidad sobre la calidad de las interacciones.